LOS MODELOS “AS A SERVICE” (“MAAS”) PARA ACELERAR LA DESCARBONIZACIÓN

En el contexto actual geopolítico y económico, uno de los principales retos de la Unión Europea es alcanzar la neutralidad climática, promoviendo medidas y actuaciones urgentes que permitan minimizar la emisión de gases contaminantes o gases de efecto invernadero (GEI). El eje central del Acuerdo Verde Europeo es alcanzar una economía con cero emisiones netas de GEI en menos de tres décadas, lo cual se encuentra alineado con los compromisos de acción climática global del Acuerdo de París.

Además de los anteriores, a nivel europeo existen varios compromisos y acuerdos que buscan impulsar dicha descarbonización, entre ellos los siguientes:

 

Desde España se están tomando medidas para alcanzar el reto de neutralidad climática y reducir la dependencia de combustibles fósiles, lo que a su vez permitirá reducir la dependencia y la vulnerabilidad del país ante las fluctuaciones (y volatilidad) del mercado internacional de combustibles. Los principales planes y marcos regulatorios recientes en España para la descarbonización son:

 

En este contexto, uno de los grandes retos en la actualidad es la industria y los edificios, dado que estos son los sectores que más energía consumen (a nivel europeo en torno al 40% y >30% respectivamente) y los principales emisores de gases efecto invernadero (un 36% y un 23% a nivel respectivamente). A su vez, un dato reseñable, es que, en España, el 65% de la energía en la industria se utiliza para sus procesos térmicos, y a nivel global, más del 90% de esa energía se genera quemando combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), lo que pone de manifiesto la importancia de implementar medidas para reducir la dependencia de estos combustibles, con una mayor eficiencia energética y promoviendo el uso de fuentes de energía más limpias, por ejemplo, mediante la electrificación y/o la utilización de biomasas o gases renovables.

A pesar de que se viene realizado un esfuerzo en la mejora de la eficiencia energética y en la reducción del consumo de combustibles fósiles en los últimos años, uno de los desafíos mayores a los que se enfrenta la industria y el sector de la edificación es la inversión en tecnologías más avanzadas y/o más eficientes, y en energías limpias (nuevos vectores energéticos, o procesos de economía circular) que permitan la descarbonización de los procesos productivos de la industria, así como la mejora energética y descarbonización de los edificios.

Existen varias vías actualmente para la descarbonizar la industria y los edificios como son: 1) el Autoconsumo y las Comunidades Energéticas, 2) la Electrificación del calor (como aerotermia/bombas de calor para edificios, y bombas de calor industriales) – lo anterior, sobre la base de que la electricidad en 2030 será de entre un 70-80% de origen renovable y en 2050 se aspira a un 100% de origen renovable-, 3) Eficiencia Energética (producir más o igual con menos energía), 4) Economía Circular (reutilización de calor y frío residual) y 5) Otras fuentes renovables: como gases renovables (Biometano e Hidrogeno), biomasa y termosolar para calor industrial.

La implementación de soluciones prácticas que permitan alcanzar una descarbonización efectiva en estos sectores, están suponiendo y van a suponer al mismo tiempo: a) inversiones intensivas en capital, que en algunos casos pueden necesitar de un cierto nivel de incentivos - p.e. subvenciones, Fondos Next Generation,  PERTEs,  desgravaciones fiscales - para alcanzar la tasa mínima de rentabilidad que compense el esfuerzo asociado al relativamente elevado coste de la inversión inicial y b) fórmulas de gestión y financiación de dichas inversiones como los Modelos “As a Service” (“MaaS”), que se vienen demostrando como exitosos para estos fines.

De esta manera, se pone de manifiesto un necesario cambio de mentalidad, donde las empresas en estos sectores pasan de ser propietarias de los activos y/o instalaciones energéticas a comprar soluciones energéticas descarbonizadas a un proveedor tipo Empresa de Servicios Energéticos (ESE o "ESCO" en denominación anglosajona) o tercero especializado, lo que a su vez requiere de personal cada vez más profesionalizado y experto, y la participación y colaboración de las distintas partes interesadas (stakeholders) para obtener contratos As a Service que se adecúen a sus necesidades. Lo anterior, con un esfuerzo de implementación cada vez menor, permitiendo de este modo alcanzar mayores economías de escala, y reduciendo así los costes durante el periodo de construcción, operación y mantenimiento.

¿Cuáles son los principales beneficios de los modelos y contratos As a Service?
  • Un tercero - normalmente ESE (o "ESCO" en denominación anglosajona) - altamente especializada asume los costes de la inversión (CAPEX) y garantiza el rendimiento de la solución energética y su O&M durante el tiempo del contrato.
  • Los clientes finales, que compran As a Service dichas soluciones energéticas, tales como soluciones de eficiencia energética, y/o de calor y frío y/o de electricidad de origen renovable, pagan la inversión a través de sus gastos operativos, y en muchos casos, con un determinado ahorro, de acuerdo a la contraprestación acordada en dicho MaaS a largo plazo.
  • La combinación en un solo contrato del diseño, construcción y/o instalación, junto con su O&M, y la garantía de su posterior rendimiento asociada igualmente a la retribución de la ESE o dicho tercero altamente especializado, puede ser una fuente significativa de sinergias y economías de escala, y también, de una equilibrada pero efectiva transferencia de riesgos desde dicho cliente final a la ESE o tercero, que redunden en una mayor eficiencia económica para ambas partes a lo largo de la vida útil de la instalación.
  • Igualmente, la inversión, si la estructuración es adecuada, podría no computar en el balance del Cliente, lo cual es una ventaja para las empresas interesadas en mantener bajos sus ratios de apalancamiento financiero.
  • La tarifa o contraprestación acordada entre dicho tercero que realiza la inversión y el cliente final consumidor de energía mediante el MaaS resulta en lo que se conoce como un Win – Win - Win:
    • Para el cliente final consumidor de energía ya que, además de posicionarse como un agente proactivo en el proceso de transición energética, puede conseguir ahorros significativos, ya sea por eficiencia energética y/o ahorros añadidos, en su caso, por disminución de emisiones.
    •  Para dicho tercero o ESE que realiza la inversión, la O&M, y la garantía de rendimiento, ya que se asegura la colocación de la energía renovable producida al cliente final y/o su retribución con cargo a los ahorros generados a lo largo de la vida del contrato As a Service, obteniendo así una determinada rentabilidad financiera.
    • Para la economía en general y la descarbonización de los sectores industriales y de edificación en particular, ya que este atractivo para ambas partes, puede ayudar igualmente en la aceleración de dichas inversiones.

Es evidente sin embargo que este tipo de contratos As a Service necesitan de una adecuada estructuración que implique, por ejemplo, una adecuada asignación de riesgos entre ambas partes, permitiendo así que estos proyectos de inversión sean efectivamente “bancables” / financiables a través fórmulas de financiación tradicional y/o alternativas como entidades financieras y fondos de deuda y/o equity, con foco y especialización en la transición energética. En definitiva, un adecuado diseño y estructuración de este tipo de contratos que permita, por un lado,  a las empresas consumidoras de energía acceder a soluciones energéticas que les ayuden en la descarbonización a precios y costes competitivos, y, por otro, a los inversores y financiadores desarrollar negocios atractivos en términos de rentabilidad-riesgo.

En conclusión, el alto compromiso por la descarbonización y la carrera de fondo para llegar a las cero emisiones netas en 2050, suponen un reto y apuesta para las empresas, siendo cada vez más las inversiones que necesariamente se financiarán a través de Modelos As a Service - MaaS.