LA ERGOFOBIA EN EL SIGLO XXI

“Ergofobia” no es un término muy conocido a nivel general. De hecho, es posible que hayamos leído el título de esta entrada y hayamos pensado “¿Ergofobia?”, “¿Qué es la Ergofobia?”.

Pues bien, la “Ergofobia” puede definirse como el miedo irracional, angustioso, incontrolable y desmedido, que puede sentir una persona trabajadora frente a su obligación de acudir al lugar de trabajo habitual. Su etimología procede de los términos griegos “Ergon”, que significa “trabajo” y “Phobos”, que, este sí es más conocido, significa “miedo”, “fobia”. Y la combinación de ambos términos nos lleva a concluir que la Ergofobia, en términos generales, es lo que se conoce como el miedo al trabajo; más concretamente, como el miedo a acudir al trabajo.

No estamos hablando de que realmente nos levantemos por la mañana un día puntual y no nos apetezca ir a trabajar, o que nos cueste adaptarnos a la reincorporación tras el disfrute de las vacaciones estivales o de que, por ejemplo, tengamos a la vista una cita profesional importante y estemos asustados, con miedo, ante el resultado de la misma. No. La Ergofobia sería algo mucho más serio e importante, sería un estado de ansiedad continuo que se desencadena con el mero hecho de tener que acudir al puesto de trabajo, o de simplemente pensar que tenemos que acudir al mismo. Y dicho estado de ansiedad se puede materializar físicamente (parálisis de las extremidades, por ejemplo, mareos, náuseas, etc.), o mentalmente (pánico, tristeza, depresión, etc.).

El término, quizá y como se apuntaba, no había sido muy conocido hasta el momento, pero, ¿qué ha hecho entonces que el mismo se popularice y se sufra cada vez más por parte de los trabajadores y trabajadoras?

Si analizamos los motivos por los que una persona trabajadora puede sentir pánico irracional a acudir al trabajo en la actualidad, podemos encontrarnos con algunos de los siguientes: enfrentamientos directos con el o los superiores jerárquicos, enfrentamientos con los compañeros y compañeras, o, por ejemplo, ansiedad frente a tareas continuadas de especial complejidad, entre muchas otras causas. Del mismo modo, el acoso laboral (procedente del anglicismo “mobbing”), a pesar de ser un fenómeno que siempre ha existido en el entorno de trabajo, está cobrando en este siglo mayor relevancia y es otra de las causas por las que una persona trabajadora podría llegar a sufrir Ergofobia.

Y más recientemente, si nos centramos en los últimos años 2020 y 2021, quizá el motivo más claro que pueda dar lugar a tener miedo a acudir al trabajo sea el miedo al contagio por Covid-19 (si bien debería tratarse de un miedo temporal y no un miedo tan arraigado que consiga convertirse en una fobia personal que afecte al desarrollo personal y profesional de los trabajadores y trabajadoras).

En cualquier caso, la crisis sanitaria que, a nivel mundial, hemos atravesado y seguimos atravesando, ha mantenido a muchos trabajadores y trabajadoras prestando servicios en la modalidad de teletrabajo (dado el carácter preferente que se le dio al inicio de la pandemia al trabajo a distancia mediante el artículo 5 del Real Decreto-Ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19, y que posteriormente fue regulado mediante el Real Decreto-Ley 28/2020, de trabajo a distancia y la vigente Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia); modalidad de trabajo que, por cierto, está volviendo a ser potenciada en las empresas en las últimas semanas debido al aumento de contagios que estamos atravesando a nivel nacional.

Muchas de estas personas trabajadoras que durante algunos -o muchos- meses de la pandemia, han prestado servicios a distancia, cuando llega el momento de volver a trabajar presencialmente a la oficina, es cuando están sintiendo ese miedo irracional al contacto con los compañeros de nuevo; ese agobio y ansiedad frente a un posible contagio.

Este miedo a acudir al trabajo, la Ergofobia, puede desencadenar en bajas laborales por ansiedad o por los sufrimientos físicos que se derivan de la misma, entre otros, así como también pueden derivar en malestar continuo con compañeros y superiores ya que es un “trastorno” que, como se indicaba, hasta la actualidad ha sido poco conocido y, como todo lo poco conocido, es poco comprendido, al menos en sus inicios, por el entorno laboral.

Lo que está claro es que la época que estamos atravesando (ya no solo por la situación de Covid-19 mundial, sino por los muchos otros factores expuestos que actualmente han florecido) contribuye a que el término Ergofobia sea más y más conocido cada vez y que, por supuesto, sea una cuestión a tener en cuenta y, como mínimo, una cuestión a conocer y valorar.